martes, 16 de julio de 2013

LA VIDA CUANDO ERA NUESTRA

 La foto la he tomado prestada de aquí.

A veces se dan esta suerte de milagros: personas maltratadas por la vida que, sin embargo, de un modo natural y sin grandes reflexiones, ni cursilería, casi sin darse cuenta, deciden hacer el bien a los demás. No son pazguatos, e incluso piensan tal vez que son egoístas, pues buscan con ello satisfacer su propia necesidad. Tampoco carecen de genio, ni de mala leche, ni de su justo poso de amargura. Ni ignoran de qué va la vida.
Hay algunas personas así, y por eso, de vez cuando, conviene que haya novelas que hablen de ellos. Una mujer, Rose, que necesita herederos. Alguien que vive de puntillas, como un hada. Como una Amélie, pero inglesa, en la cincuentena, con otro tipo de magia. Y con muchas pérdidas a cuestas.
La vida cuando era nuestra es sobre todo un hermoso homenaje a la lectura. A los libreros. A lo que puede significar un libro. Y, sí, habla de la Guerra Civil española, (de refilón, aunque late en el núcleo) y también es un homenaje a los extranjeros que perdieron aquí la vida por unos ideales que iban más allá de las fronteras.
Más allá del argumento, lo mejor de la historia es el estilo. Una mano firme, sensitiva, con la dulzura justa, y un tono íntimo y genuino que genera la impresión de que estás leyendo lo que está escrito en la cara interna de la piel. Y una mirada sabia, amable por lo tanto, sobre las personas.
Marian Izaguirre es una escritora con una trayectoria de muchos años de escritura, libros y premios, que, sin embargo, es ahora cuando, de la mano de Lumen, encuentra la difusión que merece. 

Marian Izaguirre, La vida cuando era nuestra. 2013. Editorial Lumen. Barcelona. 

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